martes, 4 de febrero de 2014

Frankenstein o el moderno Prometeo - Mary Shelley

¡Hola Prisioneros!


¿Quién de vosotros no ha oído hablar de Frankenstein o de Drácula? Ambas son novelas que nos han acompañado desde la cuna y que conocemos como a un pariente lejano.

En la actualidad, la mayoría de personas conocen estas dos historias gracias a las diversas adaptaciones que han ido surgiendo con los años y que van desde parodias, como las que aparecen en las series de dibujos animados, hasta varios filmes. Pero como suele ocurrir, dichas adaptaciones no reflejan ni una cuarta parte del contenido real de la novela. La falta de conocimiento sobre su contenido hace que estos dos clásicos del terror se hayan convertido en un pariente lejano; te acuerdas de ellos pero no los conoces directamente, y lo poco que sabes te ha llegado a través de otras personas.
Fue precisamente el hecho de querer conocer el mundo que se escondía detrás de dos títulos tan célebres lo que me llevó a sumergirme en sus páginas. No obstante, hoy solo hablaré de uno de ellos; de uno de los monstruos más solitarios y desolados de la literatura: El monstruo de Frankenstein. 
Todo empezó el verano de 1816. Mary Wollstonecraft Shelley veraneaba en Ginebra junto a su amante, Percy Bysshe Shelley, su hermanastra y el poeta británico Lord Byron. Debido a las fuertes tormentas que se produjeron durante su estancia en Ginebra, los cuatro jóvenes se entretuvieron contando relatos de terror. Un día, Lord Byron propuso que fueran ellos mismos quienes crearan las historias. Poco después, nació Frankenstein o el moderno Prometeo; porque ese es su verdadero título. 
Resumir este libro sin desvelar informaciones cruciales me resulta prácticamente imposible. No obstante,  podría decirse que todo se centra en los límites de la ciencia, en el engreimiento de querer jugar a ser como Dios y en la terrible soledad de los monstruos. 
Frankenstein o el moderno Prometeo, se publicó por primera vez en 1818 y se caracteriza por ser una novela epistolar, un género que estaba muy de moda en el siglo XIX. La novela empieza con las cartas que el capitán Robert Walton le escribe a su hermana y en las que le explica cómo se va desarrollando su travesía por el Polo Norte. En una de ellas le cuenta que han recogido a un hombre moribundo que vagaba solo por el hielo. Ese hombre no será nada más y nada menos que Víctor Frankenstein, el creador de el Monstruo. Y es que, al contrario de lo que se dice popularmente, Frankenstein es el nombre del creador. En la novela siempre se refieren a la criatura como Monstruo y nunca se le da un nombre determinado.       Víctor Frankestein relata la historia de su vida a Walton, y este último decide plasmarla sobre el papel. 
Como ya he dicho anteriormente, esta novela se caracteriza por estar escrita a partir de cartas. En una de las cartas que Walton escribe a su hermana, se inserta la narración de Víctor y, dentro de esta, aparece la narración del monstruo (conversación que mantiene con Víctor y que Víctor, a su vez, le explica a Walton). 
Algo que me ha llamado mucho la atención es que en toda la narración no aparece casi ninguna figura femenina, un aspecto muy curioso teniendo en cuenta que fue precisamente una mujer quien la escribió. 

Frankenstein o el moderno Prometeo es una novela corta pero no por ello más sencilla. Popularmente a esta narración se la clasifica dentro del género del terror, y es cierto, pero después de haberla leído yo la colocaría en un estante entre "terror" y "filosofía", pues son muchos los debates filosóficos que aparecen en ella. De hecho yo la considero más una novela filosófica que una de terror, pero eso ya solo es mi punto de vista. Precisamente los temas como la vida o la muerte, el amor, la soledad, las relaciones entre personas y la eterna lucha ciencia-naturaleza son los causantes de la complejidad de las cuestiones que se nos presentan mientras avanzamos por el mundo de Shelley.  


Desgraciadamente yo solo he leído Frankenstein una vez y con eso no es suficiente ya que estoy segura de que he pasado por alto más del 70% de los secretos que que guarda esta narración. Por ello, para redactar esta reseña pedí ayuda a un amigo mío que conoce el libro como si fuese la palma de su mano. Decidí ponerlo a prueba y le pedí que me resumiese Frankenstein en una sola frase. Después de casi matarme por pedirle eso, esta fue su respuesta:    


"Como la mayoría de las grandes novelas, Frankenstein ofrece muchos temas e ideas interesantes -las consecuencias potencialmente peligrosas de los avances científicos y su inevitable colisión con el mundo natural, el problema de jugar a ser Dios, reflexiones sobre  la naturaleza humana y el origen de mal, la concepción del post-parto de la mujer como algo horrible y repugnante- aunque mi lectura de este texto siempre ha girado en torno a la exploración de una identidad fracturada y polifacética, cuyo mejor ejemplo es, bajo mi punto de vista, la relación entre el científico y su creación, quienes acaban fundiéndose de tan manera que al final de la novela el lector tiene problemas para distinguir uno de otro". 



Una respuesta muy inteligente a una pegunta muy (con perdón) cabrona. 
Para aquellos que estéis interesados en leer el libro, olvidaos de todo lo que creéis saber hasta ahora de esta magnífica historia. ¡Probablemente nada sea cierto

Existen varios filmes basados en esta novela (entre ellos el más famoso es El doctor Frankenstein) y dentro de poco se estrenará otro titulado I, Frankenstein. Solo necesité ver los dos primeros segundos del tráiler para comprobar que este tampoco tenía nada que ver con la historia de Shelley, de hecho ni el título es correcto. 


Prisioneros, después de todo lo dicho solo me queda recomendaros encarecidamente esta novela. Sentaos un domingo después de comer a tomar un café y leedla con calma. No os arrepentiréis


¡Hasta la próxima!

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