Sé lo que estás pensando - John Verdon

Portada del libro*

Título: Sé lo que estás pensando Saga: David Gurney Autor: John Verdon Traductor: Javier Guerrero Editorial: Roca Editorial Páginas: 430

Hoy comienzo las reseñas de la saga de novelas de David Gurney, del famoso John Verdon. Novela negra, psicópatas con modus operandi de lo más extraño, soluciones de lo más inesperado. Veamos qué tal:

«Un hombre recibe una carta que le urge a pensar en un número, cualquiera. Cuando abre el pequeño sobre que acompaña al texto, siguiendo las instrucciones que figuran en la propia carta, se da cuenta de que el número allí escrito es exactamente en el que había pensado. David Gurney, un policía que después de 25 años de servicio se ha retirado al norte del Estado de Nueva York con su esposa, se verá involucrado en el caso cuando un conocido, el que ha recibido la carta, le pide ayuda para encontrar a su autor con urgencia. Pero lo que en principio parecía poco más que un chantaje se ha acabado convirtiendo en un caso de asesinato que además guarda relación con otros sucedidos en el pasado. Gurney deberá desentrañar el misterio de cómo este criminal parece capaz de leer la mente de sus víctimas en primer lugar, para poder llegar a establecer el patrón que le permita atraparlo.» **

En un principio, la novela tiene un planteamiento cuanto menos curioso. ¿Pero vale la pena la lectura?

Argumento

De esta novela -y de todas las de John Verdon- merece la pena no saber mucho, porque las primeras páginas van destinadas a presentar personaje y el misterio central y, por lo general, esto se sabe ya gracias a la sinopsis. Así que, si queréis entrar con mente inocente, mejor que os saltéis esta sección de la reseña. Si no, aquí os comentaré las claves del argumento.

Alguien te envía una carta y te insta a que pienses en un número; cuando miras el número indicado en la carta, ves que se corresponde con el que tenías pensado. Si ha entrado de tal modo en tu mente, ¿cuales de tus secretos más oscuros sabrá? Esta es la insólita situación que acecha a un hombre de familia, y decide recurrir a un viejo conocido, el exinspector Dave Gurney, ya retirado pero con una brillante carrera en el departamento de homicidios de la policía de Nueva York. Y con tal de ayudar a su compañero (y de paso salir de su monótona vida de jubilado) decide aceptar el caso, sólo para descubrir días después que su amigo ha sido asesinado.

El autor consigue mantenerte intrigado, no sólo con el enigma de cómo adivinar el número, sino con cómo se desarrolla el asesinato en sí. Y la resolución es suficientemente satisfactoria, con un final, además, muy tenso. A mi parecer, este es el principal motivo por el que leer esta novela.

Ahora bien, la trama se desarrolla lentamente, planteando la investigación del crimen paso por paso, sin perder el ritmo pero, aun así, a pasos muy prudentes. Y eso intercalando con los problemas personales del protagonista, su mujer y algunos miembros del cuerpo policial que acaban involucrados en el caso. Al final, lo que verdaderamente cuenta es cuanto nos importan/interesan esos personajes, cuanto nos interese el proceso de investigación y cuanto nos intriga el misterio principal. Personalmente, los personajes no me gustaban -cuestión de gustos, aunque sí los veía bien desarrollados-, la investigación se me hacía lenta y esto hacía que la novela me pareciera sosa hasta que nos acercamos al final.

El final... es una lástima no poder comentar nada de ello. Hay un capítulo concreto del final que hizo que, después de todo, el libro me acabara gustando mucho. Me pareció una escena muy tensa, donde todo podía estallar al mínimo descuido, donde cada palabra contaba, y me tuvo en vilo de principio a fin. Sólo por esa escena y por la resolución del misterio vale la pena. Y si los otros elementos -personajes e investigación- os atraen, no dudéis en probarlo; muy seguramente os enganchéis.

Personajes

Los personajes no son muchos, aunque tienen suficiente profundidad como para valerse por sí mismos. David Gurney era un detective del cuerpo de policías de Nueva York que participó en varias investigaciones de alta repercusión, y con eso se ganó una muy buena reputación en su oficio. Es adicto al trabajo, testarudo y conoce a las personas -y los secretos que intentan ocultar-. Pero las relaciones con su esposa no son muy buenas; ya retirado, se han mudado a una casa de campo donde envejecer pacíficamente, en un entorno bucólico, y a él eso no le entusiasma mucho. No consigue desprenderse de su antiguo oficio, que ocupaba la práctica totalidad de su vida, y esa vida tan monótona le desespera, le hace apático y le pone de mal humor. 

Autor de la obra ***

El personaje está bien desarrollado, muestra su personalidad sólo con abrir la boca, es inteligente y su pasado condiciona su forma de ser en el presente de forma bien visible. Aún así, a mi no me gustaba por ser el estereotipo de detective, retraído, solitario, obsesionado con el trabajo, cínico, asocial... Son cosas que me cargan -ya lo he comentado en alguna otra reseña- y por eso nunca me gustará un personaje de este tipo. Pero eso no me hará negar que Dave es un buen personaje; así que, aquellos que no se sientan repelidos por esta clase de personaje, ignorad lo anterior.

Su esposa, Madeleine, tiene una actitud más vitalista y le gustan las pequeñas cosas, la vida tranquila y los entornos naturales. Es muy inteligente y observadora, y quizá es eso lo que más me gusta en su personalidad; conoce íntimamente a Gurney y sabe escoger las palabras para darle a entender una u otra cosa. Es el personaje más real de la novela; se notan en ella los antiguos roces, los reproches, pero también la complicidad y el amor pese a todo lo malo. Es el pasado reflejado en el futuro; un personaje que es consciente de su historia, de quien es y de cómo es la relación con su marido. 

Y los integrantes del cuerpo policial, que aparecen un poco más tarde, son el punto más variado de la novela. Nos sacan de la monotonía Dave-Madeleine y presentan varios carácteres algo diferentes (aunque no mucho): el policía sarcástico y malhablado, el inspector puramente político que sólo quiere cubrirse las espaldas y conseguir el éxito, el detective inepto que sólo sabe buscar su verdad, sin tener en cuenta las alternativas... Más personajes que contribuyen a la sensación de decadencia personal y malhumor que destilan todas las novelas negras. Cosas del género, ya lo sé, pero digo yo que podríamos variar un poco, ¿no?

En definitiva, gustos al margen, tenemos variedad de personajes, entes vivos, en mayor o menor medida, con personalidades definidas y bien llevadas a la práctica. Nada criticable en ese aspecto.

Conclusiones

Una trama intrigante, un misterio que vale la pena resolver, investigación policial detallada y personajes reales, para variar. Una novela no muy larga que los aficionados al género deberían probar, porque no les dejará indiferentes. Y para aquellos que quieran más, ¡tenemos a día de hoy tres novelas más de esta saga! Pese a todo, por cuestiones de originalidad en las actitudes de los personajes que ya he repetido mil veces, y por llevar un ritmo algo lento, no voy a darle una muy alta puntuación. 

Para aquellos que ya la hayan leído, ¿qué opináis de los puntos que he comentado? ¿Os ha gustado la novela? ¡Que se oigan esos prisioneros!

Bibliografía utilizada para esta entrada: * Imagen extraída de la publicación del día 29/08/2011 del blog La Musa y el Espíritu. ** Sinopsis oficial de la novela. *** Imagen extraída de la publicación del día 18/11/2011 del blog Criminis Causa.